Existe una pequeña glándula ubicada en la parte anterior del cuello, esa es la glándula tiroides, justamente encima del esternón. Esta encargada de producir las hormonas que son responsables de regular el metabolismo de nuestro cuerpo.
Los nódulos tiroides se producen por trastornos en forma o función de la glándula tiroides. En su forma, bocio/crecimiento global o nódulos, y en su función hipertiroidismo o hipotiroidismo.
Es frecuente la aparición de nódulos de tiroides, pero por suerte su rápida detección también está aumentando de forma eficaz. Gracias al aumento en realización de pruebas de imagen diagnostica como ecografías, RM o TC, algunas de las características frecuentes de nódulos tiroideos son:
- Frecuencia más alta en mujeres que en hombres.
- Suele presentarse en pacientes de edad más alta
- Aparece en zonas bajas en iodo y en individuos expuestos a radiaciones ionizantes.
- El mayor porcentaje de nódulos son benignos.
Síntomas que se presentan por un nódulo tiroideo:
Pueden variar dependiendo del número de nódulos, tamaño, y localización, provocando molestias locales, dificultad respiratoria o sensación de molestia/cuerpo extraño. Muchos pacientes van a consulta realmente por un problema estético, un bulto en el cuello que genera malestar y alerta.
Formas de tratar un nódulo tiroideo
El tratamiento más frecuente es la cirugía, pero por razones como riesgos quirúrgicos, y presencia de cicatriz, aumenta la aplicación de tratamiento sin cirugía. Se encuentran diferentes tipos de tratamientos percutáneos cuando hablamos de nódulos tiroideos.
Con anterioridad a realizar cualquier tratamiento, se debe realizar una ecografía, en la que se definirán las características del nódulo (solido, quístico liquido o mixto). Esta ecografía es un instrumento primordial para diagnóstico del nódulo e identificar si su procedencia es maligna o benigna.
- Nódulo tiroideo quístico: Se recomienda empezar con la extracción del líquido, seguido de introducción de sustancias esclerosantes, causando que peguen las paredes del quiste y desapareciendo el nódulo. En repetidas ocasiones se necesita hacer el procedimiento más de una vez, ya que tiende a llenarse de nuevo de líquido.
- Nódulo tiroideo solido: es recomendable comenzar por un tratamiento de ablación, por introducción de aguja. Este se basa en la introducción de la punta de una aguja especializada, dentro del nódulo tiroideo, y luego continua mediante seguimiento ecográfico.
Cuando la aguja está dentro de la zona a tratar seleccionada, seguirá al acto de ablación, la aguja conectada a un generador de radiofrecuencia. Esta, mediante un cable refrigerado que genera calor en la punta de la aguja, que produce muerte celular focal.
El proceso de ablación se realiza varias veces dentro del nódulo, generando quemaduras internas hasta conseguir el volumen correcto. La cantidad de ablaciones que se realizaran va a ir junto al tamaño del nódulo y el generador usado en la técnica.
Esta técnica tiene como finalidad, minimizar el tamaño y los síntomas, es necesario aclarar además, que la reducción no es al momento si no, progresivamente. En el pasar de los meses de procedimiento, es que será notoria la gran reducción del nódulo tiroideo tratado.
¿Cómo y quién, indica este tratamiento?
El médico especialista se encargara de indicar y proceder con este, y si en el centro médico existe comité multidisciplinario especialista estos profesionales se encargaran. La elección del mejor tratamiento y más indicado para el tipo de paciente que se presente, se decidirá en consenso entre todos los profesionales.
Antes de proceder se debe demostrar la benignidad del nódulo por una ecografía y punción diagnostica, luego se realiza la sedación ayudándose con anestesia local. Se va a monitorizar durante dos horas y si no existen complicaciones el paciente se le da de alta y puede retirarse a su casa.
¿Este proceso tiene efectos secundarios o riesgos?
El riesgo de complicaciones es realmente bajo, llevándolo a estadísticas de un 1%, es normal que luego del tratamiento, el paciente tenga dolor en el lugar de la punción. La glándula tiroidea y los nódulos poseen gran cantidad de vasos sanguíneos, lo que lleva a riesgo de hematoma o ¨morado¨ en la zona tratada.
Sin embargo estas pequeñas afecciones desaparecerán rápidamente con los días, otras complicaciones serian, quemaduras de la piel, hipertiroidismo transitorio o rotula de nódulo. Todas estas complicaciones son menores a cualquier procedimiento quirúrgico realizado.