Agricultura sostenible para prevenir la caudofagia en cerdos

El bienestar animal es una opción ética y una mejora para la nutrición humana. La prevención caudofagia se ve afectada por cientos de factores. Los cerdos necesitan más espacio y  elementos que enriquezcan su crecimiento.

La seguridad y la salubridad de los alimentos están influenciadas por el bienestar animal. Este término engloba tanto la salud física como la salud psicológica del animal. Se trata de hacer que mantengan los comportamientos normales que tendrían en la naturaleza, lo que impactaría positivamente en la calidad de los productos que llegan a su mesa.

A lo largo de las décadas, las condiciones de cría de bovinos, ovinos, porcinos y aves de corral han suscitado disputas y controversias en toda Europa.  A lo largo del tiempo, las directivas comunitarias se han concientizado, han aparecido mejores prácticas empresariales, y por supuesto, gracias a la acción de consumidores cada vez más informados, la situación ha cambiado y sigue mejorando.

Los consumidores son los primeros en querer recibir garantías sobre el origen de los productos, buscar en las etiquetas y envases de los alimentos en los supermercados la seguridad de que los alimentos que se van a comprar respetan ante todo el bienestar animal y, por tanto, procedan de prácticas agrícolas sostenibles.

En cuanto a la cadena de suministro de embutidos, la primera característica de una ganadería porcina sostenible está ligada al espacio: de hecho, se trata de lugares donde la densidad de población de los animales es inferior a la permitida por la ley.

El cerdo, en definitiva, tiene más espacio para moverse. Y esto no es una banalidad. En la naturaleza, a los cerdos les gusta acostarse la mayor parte del tiempo, hurgar, buscar algo, cavar en el suelo, todas actividades en las que el animal necesita la capacidad de moverse. Ante la falta de espacio, y sin la oportunidad de poder mantener los comportamientos que tienen en la naturaleza, los cerdos se vuelven agresivos.

En las granjas intensivas, en las que los animales están muy juntos en corrales diminutos, esto provoca el inicio de peleas, estrés, mordedura de la cola y orejas en uno o más cerdos.

Durante años, la cría intensiva de cerdos ha tratado de limitar la agresión, utilizando la controvertida práctica de cortar la cola y las orejas de los lechones y también limar o extraer sus dientes.

En las granjas donde los cerdos tienen más espacio disponible, esto no sucede, los animales no solo no son sometidos a las amputaciones antes mencionadas, sino que tienen paja para enraizar, trozos de madera para morder y para intentar recrear su hábitat dentro del establo. Distracciones normales que tendría el cerdo si viviera al aire libre.

Otro elemento que se tiene en cuenta en las explotaciones agrícolas sostenibles es la sociabilidad de los animales. El cerdo que se enferma es tratado y, si es necesario, también se somete a tratamiento con antibióticos y por este motivo, el animal dejará de formar parte del programa de cría sin antibióticos.

Sin embargo, no se elimina del grupo de animales de la familia, para no agregar estrés al estado de la enfermedad. Los cerdos suelen tener una estructura social compleja: en el grupo siempre hay una especie de líder de la manada, un líder que tiene un carácter más fuerte. Un animal alejado de su grupo social sufre y además, tener que recrear la compleja estructura del rebaño, no ayuda al animal a sanar pues se encuentra en un estado débil por estar enfermo.

El concepto de bienestar animal no resume toda la esencia de la agricultura sostenible: son muchas las empresas que han desarrollado pensando en desarrollar sistemas de energías alternativas, como la fotovoltaica, y sobre protección para los cerdos.

Otra solución un tanto drástica para terminar con todo este sufrimiento, es acabar con la demanda de productos obtenidos mediante la explotación de estos animales. Hay quienes piensan que la agricultura al aire libre podría ser una solución para frenar este tipo de maltrato. No obstante, es importante recordar que aunque muchos de los hostigamientos infligidos a los cerdos en las granjas industriales no ocurren en granjas extensiva (dónde aún se ven perjudicados de otra manera), los cerdos son enviados a mataderos en furgonetas donde sufren terriblemente.

En los mataderos se les somete a la electronarcosis (en la que se les aplica una descarga eléctrica en la cabeza con pinzas eléctricas) o cámaras de gas; los encadenan boca abajo y los descuartizan con un cuchillo, de modo que se desangran hasta morir. Por tanto, los cerdos se ven privados de una vida plena desde el momento de su nacimiento. Con base a esto, las granjas deben implementar intervenciones necesarias para mejorar el estado de bienestar de los animales y, en consecuencia, evitar el corte de la cola.

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